Religiosos que pretenden ser morales
porque tienen un capataz celestial,
que los humilla y los amenaza con la muerte
e incluso con tormentos eternos.
Con su fachada de honorabilidad
roban y maltratan a otros seres humanos
que más bien debían considerar como iguales.
Que claman: "¡Oh dios!, ¡oh virgen!
solo para que los demás los elogien
y los tomen por gente de bien.
Religiosos que claman por el amor y la caridad
pero que son de caminos torcidos,
dénse cuenta que el resto del mundo
ya estamos de ustedes, hasta la coronilla.
viernes, 28 de noviembre de 2008
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